El tacto es esa facultad y capacidad de sentir que posee la piel, que en unidad con el amor se potencia a dimensiones ilimitadas, provocando el deleite de infinitos gozos.
Cuando un niño nace, los sentidos de la vista y el oído todavía tardan un tiempo en desarrollarse completamente. El tacto, sin embargo, es el primer medio de comunicación con su entorno. Un bebé percibe de inmediato hasta que punto es deseado a través de la calidad del contacto con su madre. Este contacto inicial es el que le proporcionará información sobre él mismo, los demás y la vida en general.
A partir del nacimiento, el tacto nos dice que no estamos solos en este mundo, que estamos conectados, seguros y que somos amados. A lo largo de nuestra vida, nunca perdemos la necesidad de contacto, aunque algunos, tristemente, nunca lo experimentan conscientemente o lo olvidan llegada cierta edad. Lo mismo sucede cuando llevas un reloj de pulsera durante algún tiempo, te acostumbras a la sensación hasta tal punto que tus sentidos ignoran su presencia. Pero esto puede solucionarse!!!
Cuando te haces consciente de ese reloj, vuelves a sentirlo!!! Y no sólo eso, además puedes sentirlo más profundamente ya que llevas toda tu atención con cierta facilidad hacia él. Lo mismo sucede con el tacto. Cuando devuelves tu atención a cada caricia, a cada abrazo,... te haces consciente nuevamente de ese inmenso poder sanador y curativo que tiene y vuelves a sentirlo, pero de forma mucho más profunda.
A través del tacto podemos comunicar sensaciones y sentimientos a nivel más profundo y de forma inmediata. Podemos expresar nuestro amor, nuestra ternura, nuestro deseo, nuestro apoyo, ...
Una caricia vale más que mil palabras...
Re - contáctate y comienza a utilizar este lenguaje universal.
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