Durante toda nuestra vida nos hemos cansado de buscar el Poder fuera de nosotros mismos; en nuestros padres, en dioses, en superiores, en amigos, en sabios, en médicos, ... Es el momento de saber que éste poder sólo reside en nuestro interior, y AHORA es el momento de recuperarlo.
Medita sobre esto: ¿Quién puede tener poder sobre ti? ¿Quién puede impedirte elegir si tus pensamientos son negativos o positivos?¿Quién te impide actuar desde el amor?¿Quién puede frenar tu felicidad?
Absolutamente nadie, TÚ eres el único responsable. Dentro de ti se esconde tu poder personal, el cuál, se expande en función de tu comportamiento y de tus vivencias. Tu poder personal es tu motor de felicidad. Reconocer este poder, comienza cuando empiezas a amarte a ti mismo. Y amarnos a nosotros mismos comienza por no olvidarnos de Ser felices. Cuando te conviertes en un ser prisionero de la incapacidad (no soy capaz, no voy a lograrlo, no me lo merezco, etc), cuando te conviertes en víctima de los demás (mis padres no me entienden, mi jefe se comporta mal, etc.), cuando te vuelves ciego ante tu propia responsabilidad, entonces te olvidas de ser feliz, y dejas de amarte a ti mismo, renegando todas tus capacidades, olvidándote de tu guía interior, abandonando tu poder personal...
Entonces comienzan los problemas y surge el desamor, la rabia, el resentimiento, la tristeza, el dolor, la enfermedad, sentimientos de incapacidad y autocrítica, ... nuestro propio infierno, creado porque nos hemos dado la espalda a nosotros mismos y a la vida.
Cuando nacemos tenemos muy claro que somos seres maravillosos y perfectos, pero a medida que vamos creciendo esta evidencia se va minando. Comenzamos a perder nuestra valía, no somos lo suficientemente buenos, no lo hacemos lo suficientemente bien, no somos altos, delgados, guapos, inteligentes, ... y finalmente acabamos aceptando como nuestras todas estas opiniones externas y con la creencia de que no merecemos la felicidad. Nos damos la espalda. Comenzamos a hacer lo que se espera de nosotros, para que nos amen, para que nos reconozcan, para que nos aprueben,... y poco a poco olvidamos aquello que nos hace sentir plenos, vivos, felices. Nos convertimos en muertos vivientes.
Es el momento de cesar la expansión de la oscuridad (el miedo) y comenzar a expandir la luz, el amor, volver a uno mismo y darse cuenta de que todos y cada uno de nosotros somos uno con el Universo, seres perfectos, únicos, puros, divinos.
La única forma de ser felices, es reconectarnos con ese puntito de luz que alberga en nuestro interior, nuestro poder personal. Vive de acuerdo contigo mismo, ámate y sé feliz y estarás expandiendo este poder que te guiará hacia nuevas situaciones, nuevas relaciones que te harán sentir vivo otra vez. Cuando comienzas a amarte, a tratarte bien; te conviertes en cocreador de luz, paz y felicidad con el Universo. Entonces puedes expandir esa felicidad a otros. Aceptate tal y como eres, con tus rarezas, tus defectos, tus fallos, ... manteniendote consciente de que éste es tu camino de evolución.
Eres hijo del Universo y éste no te juzga, no te critica, no te limita, sólo quiere lo mejor para tí.
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